La poesía no es un regalo
Es un síndrome de ardor
Un tobogán de días ardientes desolados
Un sábado de raso con lagrimas que manchan
Una Soledad perpetua rodeada de promesas
Una ciénaga de sombra en las alturas de la ceguera
Una epistola de luces en Memorias
Y
Sobre Todo, todo
Una certeza de lucidez en el medio de la nada.
jueves, 12 de julio de 2012

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