martes, 11 de julio de 2017

ATAQUE A GILS CARBÓ

Siempre fue así: la tensión social que implica el tironeo del "derpo" suele subir la apuesta en condiciones de "empate hegemónico". La derecha se cree destinada al control, la regulación y a su ejercicio. Puede permanecer insípida esperando que los sometidos regulen pequeñas cosas que no impacten en sus "reglas del juego", Pero cuando dendeveras advierten la disputa de paradigma es como que se desesperan y son capaces de torturar en nombre de la bondad, el cariño y la risa de un niño (todos republicanitos). La intentona contra Gils Carbó demuestra que entramos en otra etapa. Se esta poniendo en juego la red sobre la que se entablarán las luchas: los pilares sobre los que se buscará discutir la Patria, la "autoridad" de quien dispondrá quiénes son los antagonistas y quienes simples presos (políticos). Cesantear a Gils Carbó --cuyo cargo tiene legitimación constitucional-- es dar un golpe de estado. La derecha lo sabe. Nunca se negó a situaciones similares. Porque las condiciones de su continuidad exigen cada vez mas cerrar el círculo de la protección corporativa, instituir el panóptico jurídico y evitar --al decir de Benjamin-- "las amenazas de la verdad". Tienen que evitar que desaparezca el "se robaron todo", y al mismo tiempo instaurar un plano oscurantista en las disputas de intereses corporativos. Tienen que recurrir al miedo contra quienes actualizan la memoria del Proyecto Nacional y reconvertirlos --otra vez-- en subversivos (en lenguaje actual de Lilita Carrió, "delincuentes") Sin embargo, eso que en Opinión Pública se denomina "la ola" empieza a hacer estragos entre los encuestadores. El fascismo vernáculo, siempre arropado de republicanismo (potencialmente genocida), advierte que un triunfo de Cristina sería "solo distrital", negando por anticipado la debacle que se les avecina. En todas las ocasiones históricas que la derecha vio desfallecer su circunstancial "derpo político" apeló a concentrar la riqueza y a ejercer la mas cruda violencia. Para ese escenario necesitan fiscales que no los acusen. Se avecina otra etapa. jne