viernes, 21 de octubre de 2011

Vanidades


La vanidad es la vida a costa del que admira
la ilusión de la Vida en una escen
a la estrella que brilla y encandila
la ciénaga que oscurece en el espejo.
a veces cantamos aventuras de falsos héroes
siempre montados en un gigantesco brillo,
en soberbias nubes de glorias rotas
que caen podridas en el hielo.

La vanidad oculta a los extraños
porque todos son extraños a si mismos
y aniquilan la imagen del hermano
cuando buscan inmortales un minuto

Son la vivida imagen de una sombra
pretendida de colores en un sueño
son sabanas de laureles taciturnos
alucinaciones ccomicas del mundo

Solos los profetas los divisan
a carcajadas de lunares tibios
y los miran a contraluz de nuestro tiempo
evaporarse como un ruido seco en el abismo.

viernes, 14 de octubre de 2011


había un hombre que peleaba contra si mismo
se arrojaba las criticas a la cara
pero nunca era una pelea desigual
había carcajadas, ternuras y países
en su desgarro, su multiplicidad, su cielo.


peleaba convirtiéndose en el hijo de si mismo
en su estaca, en su vuelo, en su mañana del dia despues
en su conflicto de interpretes y promesas promisorias de lo que vendrá.
Casi un homenaje al tiempo
a lo que no nació
al ruido que se refugia tenue
en el estómago del que sufre en la pelea
en la sabiduría rota, detenida, de lo que siempre falta
no por ingenuidad de perfecciones
sino por enfrentamiento y duelo
contra si mismo
contra la educación que nos habita.


Si educarnos es hacer estallar cerebros
como plutarco dixit
el engranaje explosivo deberá contener mirada del biznieto
que apenas dará la silaba única de su tatarabuelo
la denigrada carencia de un viento triste
sobre nosotros
sobre las pocas verdades de este tiempo:


Hay solo un hombre del tiempo venidero
que en secreto
a hurtadillas
nombramos como un único estornudo vital y limpio.

lunes, 10 de octubre de 2011



Si hoy fuese el última día
quisiera recordar
en ese recuento de imágenes blandas y rápidas
algunas escenas limpias:
el beso agitado en el Coliseo Amauta
el brazo levantado en la Lucha Libre,
el coraje de mi madre peleándose en la escuela
a mi viejo riéndose a carcajadas con la boina marrón y
el salto eterno desde el placar enorme de terciada
con mis hermanos como cómplices de vuelo.

Los llantitos de mis hijos al nacer
las tardes de boxeo en el gimnasio húmedo y hueco
las manos de las mujeres que me amaron y acariciaron
y la pasion inmensa de una piel desierta.

Quisiera pedirle a mi memoria
a la corteza celeste que será calavera
que me conceda esas fotos en la víspera
y que sepa valorar lo ya vivido
que deje un espacio en el carretel de ráfagas
para las luces de una tarde en plena calle
Tupac Amaru y Belaustegui
que me deje ese minuto interminable, labil,
par darme un cielo de voces recordadas
ese abrazo, esa tardecita de futbol con hermanos,
ese asombro del Silvio en una estrofa.

Dicen que el ultimo deseo debe ser concedido
pues bien aqui me tienen en su ruego:
tres canciones, dos veces y un puño
para regalarles a quienes sigan el camino.