domingo, 12 de junio de 2011

Lavo los dientes desnudos de todos los cuerpos
Me tomo mi tiempo xq llueve al interior de la Especie Humana.
Asumo con propia cada uno de esos impulsos de vida en sus
últimos suspiros
Miro el fuego del ultimo dolor de Auschwitz, de Srebrenica, de la ESMA, de Salem, de las bautismales inquisiciones de Torquemada.
Entro al zaguán lúgubre de los que conservan Memorias y descubro cubitos de fuego y hielo ocre engarzados en sus manos.
Descubro venganzas azotadas y salto por arriba del ciudadano juicioso de Derechos.
Pienso en la vuelta.
En el pago exacto de la afrenta
En donde su puede sumar tanto corazon destrozado de hueso.
Un tanto fémur descalzo aullando su Derecho inalienable a las tres de la tarde.

Y me consulto,
Me interrogo
Me destrozo en preguntas:
¿pagaremos en cheque diferido al futuro tanta vergüenza?
Podremos reconstruir la piel humana después que los soretes con nombre humano pisotearon la esquela, el esqueleto, la vitalidad digna de la Letra y el Nombre?
Habrá tiempo Cósmico?
podremos limpiar la faz de la Especie de tanto crimen impune de Silencio?

Lavo los dientes desnudos de todos los cuerpos
Asumo con propia cada uno de esos impulsos de vida en sus últimos suspiros
Desayuno con los Crímenes históricos sin poder volcar el cafe con leche.
Vuelvo a ellos cada mañana como Sino, como impulso ciego, irrefrenable, como alegría vital de estar, de sobrevivir para mirarlos en cuchillo a los ojos,
Para atizar el fuego del ultimo dolor de Auschwitz, para devolverles los craneos a los fusilados de Srebrenica, para limpiar las heridas de las torturas de la ESMA, para escupir hasta apagar el fuego impune de Salem,
Y hacer estallar las Piras donde mis brujitas fueron destripadas por la pollera clerical vestida de cobrade,
para acariciar al gay humillado, para devolverle la barba con su mandíbula arrancada al talmudista del getto,
A ellos,
A los q cada mañana me explican convincentemente porque vale la pena levantarse
Y reír con mis hijos
Y ponerle nombres
Y celebrar el día
Y circunscribir la dicha.
A ellos
A los que me pidieron que nombre el Dolor
Que lo transcriba en poesía,
En panfleto incendiario
En lúdica cobija de la estepa.
A ellos vuelvo a decirles:
No lo hago por deudor: No soporto vivir sin hacerlo.