viernes, 18 de abril de 2014

Quise ver las ciénagas 
en los ojos de la codicia
y la aurora fugaz
en las cartas de amor nunca escritas

Y quise ver un numero impreciso de abrazos 
donde solo hubo tierra yerma, cal y sueño

Quise despejar dudas de negruras
donde existían vigas impasibles y quietas

Quise acompañar al Che en esa alborada 
cuando abría de veras el jordán de la historia 
e incluso de su mismísimo pasado

Quise ser tenue, sutil en todas mis cicatrices 
para no alentar espejismos de dolores incautos

Y quise soñar con mayúscula en cada tarde
cuando la ternura se me escapaba 
junto a las ratas de aquel verano. 

Quise decir todo lo que no fue dicho
y apenas pude conmigo, con mis silencios
con mi rabia y con mi grito. 

Creí que quise lo que verdaderamente quise
pero fue un soplo, un ruido escondido, 
un temblor esquivo
apenas un atisbo
en la faz de una pequeña historia.