miércoles, 14 de mayo de 2008


Una divisa que trae detrás de si un viento de sueños destartalados

Y una llovizna que humedece una a una las llamas que pusimos a trabajar en los deseos

Una descripción que tiene la música de una fugaz araña en el límite de lo que somos

Y otra llamada que nos advierte:

podemos darle sorpresas a nuestros huesos

Y un sonido que nos trae de la mano su hálito de trueno, de sabanas y de gritos.

Y una acción que a la distancia puede comprenderse cuando enarbola su lámpara

su divisa y su intima tortura de llovizna

Y no deja de traernos luces, alaridos y metáforas que nunca seremos

En síntesis: toda poesía

--escrita desde el hueso astillado—

es un poco lo que somos

Y un poco lo que no es seguro que seremos.


Elegir entre whitman y rimbaud
esa es la encrucijada.

Yo opté por Whitman:
porque su luz no es de farol