sin arte en su quiebre tembloroso,
casi un arismo que tiembla siempre
curiosamente en perpetua retirada:
con impostada, ridícula, elegancia
os perpetua desconfianza que tiempbla y tiembla
en un juego añil y previsible
La deslealtad es tu sino,
todo con contagio ultramontano
Insípido de profunda alegría en los huesos
humorada en patetismo hueco
denigras a los Honestos de la tierra
en el desprecio a la límpida Virtud
Sos albañal en sínodos que giimen
la vuelta permanente en retirada.
y estás cerca de del décimo
Cáscara sin tempo, sin proteína,
desteñido en cromas, en argumentos.
impulsas defecciones, escondrijos,
ubicuas razones de retaguardia.
Pobre de pleura, de rebeldías
pobre de limpidez sin sesgo ni hidalguía
pobre de fresco ardor en la penumbra
pobre de vos: te espera la revuelta.
Y pobre de vos mismo, tocayo,
pobre de carencia, rodeado de basura,
Pobre, en la tina de su fulgurante estiércol
con ratas comidas por engreído oro.
Pobre cual riqueza de soledad marciana
y pobre en la certeza de tu propia abismo.
Pobre de cero en la mirada
porque te esperamos pacientes en tu hora