martes, 1 de junio de 2010

el ser y la nada

la poesía de hoy

interroga sobre quienes somos.


No repara en la egolatría del lobo estepario

de ese tipo que se mira al espejo

y parece

que es el único

que sufre

mientras el dolor exacto

ni siquiera tiene palabras para nombrarse:

Quedó en el zaguán

la pregunta por el Ser.


Su respuesta

es demasiado obvia:

el ser es la soledad.


Ahora

entre diques,

angustias y soles

se interroga sobre quienes somos

sobre la especie,

sobre lo humano.


Ahí

por lo menos,

sabe

que la respuesta lleva

a que nos exponemos

y ya no estamos solos.


Eco


había una ves un grito
del tamaño exacto de su vuelo
ese grito
tiene dueño:
y vive pegado a su eco.