jueves, 9 de octubre de 2008

Todos
incluso los ciegos
miramos una estrella.

Pero
la estrella no nos mira

La ausencia de reciprocidad
muestra
lapidariamente
que la justicia es un invento humano
Que es solo un asunto
de nuestra mas absoluta
responsabilidad.

Los dioses no miran estrellas
tampoco observan
a un niño muriéndose de leucemia.

Sigamos mirando estrellas
Solo nosotros podremos salvarlos.
No a los dioses
que no merecen salvación
por no salvarlos del dolor.

Solo nosotros podremos salvarnos a nosotros mismos 
a nosotros que sufrimos por nosotros y por los otros
algo que ningún dios
podría decir de si mismo.

Sobre todo porque los dioses no tienen coraje
solo tienne mitologias, 
sacralidades, 
ritos, libros incuestionables, pesebres y acobardados feligreses 
frente a sus presencias sacras e invisibles

Tienen liturgias, culpas y castigos.
Pero carecen de aquello que nosotros sí tenemos: 
voluntad indomable para fabricar el cielo aquí abajo
lejos de los dioses
pero cerca de los hombres.

De todos los hombres y mujeres
Incluso del niño que hoy se muere de leucemia.